Al igual que los seres humanos, los perros y los gatos sufren, perciben y sienten la pérdida por la muerte de un compañero perro o gato o de alguien con el que han tenido un vínculo estrecho y cotidiano, manifestando un comportamiento que bien podríamos definir como actitud de luto o duelo.
Estudios muy recientes han logrado descifrar las claves de un comportamiento que no hace mucho se creía y se sostenía que era patrimonio exclusivo de un ser humano, pensado y estructurado por la sociedad imperante como un ser superior y como el único capaz de sentir y sufrir.
La comprobación empírica la hemos realizado cualquiera de nosotros como tutores de perros o de gatos tan solo observando que frente a la pérdida de un ser vivo querido y cercano ellos se comportan de un modo o manera muy parecidos a los que podríamos calificar de duelo o luto.
Tomado de: InfoBAE