En Estados Unidos, el FBI investiga la muerte de un afroamericano que denunció brutalidad policial.
El hecho ocurrió en una casa abandonada del estado de Alabama luego de que denunciara al Departamento de Policía local.
Si bien la Oficina del Sheriff local determinó que se trataba de un suicidio, la esposa, Leigh Richardson, negó rotundamente esa versión.