62 pasajeros y cuatro tripulantes que viajaban en un avión murieron al estrellarse la aeronave en la ciudad de Vinhedo, en el interior del estado brasileño de Sao Paulo.
«Parece que todos murieron», afirmó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en un pronunciamiento tras pedir un minuto de silencio en un evento por las víctimas.
En la misma línea se expresó la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac) en un comunicado oficial, en el cual lamentó «profundamente» ocurrido con la aeronave Voepass y ofreció «solidaridad a los familiares y amigos de las víctimas».